Artículo de Carina Gabriela Lión
La tecnología aparece, en la escena educativa, como algo imprescindible y temible a la vez. “Hay que” enseñar informática, “hay que” poner videos aunque no siempre se era para que, “hay que”Dinamizar las clases porque los chicos siguen el ritmo del zapping, etcétera. Estas y otras frases nos llevan a cuestionar: ¿Qué hace el sistema educativo con las producciones tecnológicas? ¿Cuál es su lugar en las escuelas? ¿Cuál es el impacto de las nuevas tecnologías –de la información, de la comunicación y otras –en los maestros? ¿Cuál son los entramados entre producción, tecnológica educativa y su inserción en un proyecto pedagógico?