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Diálogo en la diversidad - Horacio Sánchez

Charla efectuada en Manzana de las luces/2007
En la elaboración de la presente charla reuní algunas ideas fundamentales desarrolladas por el Doctor en filosofía Rudolf Steiner en el entendimiento de su aporte a la comprensión del hombre y el universo. El Doctor Steiner, a lo largo de su vida, dicto aprox. 6000 conferencias y publico aprox. 30 libros. Desarrolló su actividad pública en Alemania, Austria, Suiza, los países Escandinavos e Inglaterra. Del contexto general de su obra, que abarca los más variados temas referidos a la vida y al desarrollo natural y humano, focalicé tres aspectos, a mi entender esenciales, contenidos en sus libros: “ Los principios de la gnoseología para el concepto Goetheano del mundo”; “Filosofía de la libertad” y “Goethe y su visión del mundo”, que forman la base del desarrollo antroposófico, ya que acometen el problema central que tiene que ver con el proceso gnoseológico, a partir del cual elabora la cosmovisión del ser humano y su inserción en el universo.
Esta cosmovisión es central ya que indica a su vez el punto de partida y el punto de vista desde el cual se concibe la realidad del ser en su contexto social e histórico. En ningún lugar de sus extensas y variadas investigaciones, Steiner se refiere al principio espiritual actuante en la naturaleza y en el ser humano en una forma panteísta, difusa e ilusoria; parte enteramente en sus consideraciones de la observación del fenómeno, y en el sentido goetheanistico, deja, en el campo de su conciencia que el mismo le revele su secreto manifiesto. De la misma forma en que goethe acomete sus investigaciones en el campo natural, él investiga la realidad del ser humano en todos sus aspectos, siendo la dimensión espiritual en el hombre parte constitutiva de su entidad, y no mera intención ilusoria y abstracta ante lo desconocido.

En esta dimensión del ser priva exclusivamente la libertad.....
..... nadie desde afuera puede determinar el horizonte y el suelo de mis creencias; desde la absoluta negación de lo divino...........hasta el más intimo sentimiento de lo divino.
Esto es lo diverso y debe ser respetado si queremos constituir el encuentro sobre la base del dialogo. Esto es central. Si el Ser busca, la búsqueda y el anclaje en una religión determinada, en un sistema de identidad defina e instituida, es buscar respuesta y encontrar en esta identidad supra personal las respuestas inquietantes que laten en su alma. Sobre esta base se constituye la verdadera experiencia religiosa, el intimo y verdadero encuentro con dios en el silencio contemplativo del alma y del templo; la dignidad humana se desenvuelve cuando este, en el terreno de su alma, se abre paso hacía las intuiciones de las ideas morales, se abre paso, en su propia entidad, al misterio y la vivencia del Dios. Heshel, gran humanista y defensor de los más elevados derechos de las personas, decía como uno de sus pensamientos más importantes: sean más que humanos. Ser más que humano es despertar en mi interior la contemplación reflexiva de las ideas morales, que todo sistema religioso transmite y que puedo vivenciar en el mi mismo. Cuán diferente sería el encuentro con el otro si ambos partiéramos del sean más que humanos..... Es indigno humanamente quién no cree en una realidad superior? por supuesto que a la luz de estás ideas de ninguna manera. Su dignidad se extiende más allá de sus creencias y el desafió es encontrar desde la comprensión mutua el punto medio del encuentro.

Desde las diferentes exposiciones dictadas ayer, en la profundización de los elementos constitutivos del dialogo, y dentro de que marco este puede desarrollarse, se avanzó en el concepto de que todo dialogo genuino presupone el encuentro de dos ó más identidades claramente constituidas y definidas. Hacia el interior el apoyo y el sostén en la propia identidad, personal ó comunitaria; el núcleo central que define y da sentido de existencia; hacía afuera, el profundo interés en comprender al otro en su contexto, en su historia, en su propia identidad. Sin conocimiento y comprensión del otro, sin conocimiento y comprensión del uno mismo, individual y comunitario, es imposible el establecimiento de un vinculo genuino y verdadero en donde “los dos” se encuentren más allá del si mismo. ¿ Porqué Steiner basa su formulación gnoseológica en Goethe? ¿ qué lo lleva a considerar la concepción Goetheana de la vida y la naturaleza como punto de partida de su propio proceso cognitivo? ¿ cuál es el resultado de esta consideración y que aportes brinda al diálogo y al encuentro, teniendo en cuenta la diversidad y el complejo proceso histórico en la conformación de las comunidades religiosas y del individuo particular?

Quiero avanzar aunque sea muy brevemente sobre algunos aspectos de su autobiografía, ya que son significativos a la hora de tratar de comprenderlo.

Al final de su vida, a partir del año 1924, comienza a pedido de sus colaboradores y discípulos, la publicación en forma de capítulos semanales, de aquellos sucesos, vivencias y encuentros biográficos que fueron de significancia fundamentales. Siempre se dirigió hacia el otro desde una intensa actitud de escucha y comprensión. Siempre busco encontrar los aspectos positivos, aún en las concepciones más polares a la propia, en su sentido amplio de humanidad. Este fue su norte y allí lo revela.

Nace en krajelivek, un pequeño pueblo que formaba parte del imperio austro húngaro, en marzo de 1861, en la zona austriaca fronteriza con Hungría. Zona boscosa, en donde el impacto de la vida natural ejerció una profunda impresión en su alma; en diversos momentos, Steiner refiere como muy significativo este encuentro con la naturaleza en su primera infancia ya que despertó en su alma de niño profundos sentimientos de admiración ante el misterio de sus bosques, las poderosas formaciones rocosas o las profundidades de los valles. Nacen sentimientos de profunda gratitud ante un mundo desconocido, amable en el calor de su hogar, en la severidad y rectitud de su padre, en las duras condiciones de su primera infancia, ya que tenía que desarrollar actividades prácticas muy concretas para la vida en su simple casa. Una primera infancia de ricos y profundos sentimientos en el amparo de una naturaleza magnifica en sus manifestaciones. Bellas imágenes inundan su alma. Y ante el misterio y la gratitud, sus preguntas. Cada observación en sus recorridos, despertaban un sinnúmero de cuestiones referidas al origen, a sus mutuas relaciones y a tratar de entender el vinculo interno que les daba sentido. A quién preguntar? preguntas a borbotones y sin respuestas que satisfagan su sed de conocer.

Imágenes vivas y coloreadas; preguntas.....

Esta situación fue haciéndose cada vez más clara en el horizonte de sus experiencias. Vivenciar el mundo exterior en forma intensa y llena de significado y maravilla y contraponer a estas vivencias sus más intimas preguntas ante el misterio. Cómo unir, como tender el puente entre estos dos mundos, el de la experiencia del mundo y el de su propia entidad?

Goethe fue la llave.

Trabaja aproximadamente diez años en Weimar, en el archivo del poeta, con el encargo de la publicación de sus obras científicas. Profundiza su pensamiento y traza a la vez su propia concepción, estableciendo desde un claro pensar la conceptualización objetiva de esta vivencia: fundamentalmente la posición del Hombre frente a la naturaleza, a los procesos exteriores y cómo esté se enfrenta al enigma de la separación, dentro del campo de su conciencia, entre un mundo de procesos y seres de diversa índole y su propia entidad; la experiencia radical entre el mundo y su ser.

Paralelamente se introduce y profundiza la obra de Kant, al cuál se refiere como “ el gran pensador de Koningsberg” a pesar de que sus caminos del conocimiento difieren en puntos esenciales. De la misma manera se introduce en los avances y descubrimientos de las ciencias naturales, sociales y exactas, teniendo una clara y amplia visión de su presente.

El alma humana y su evolución cada vez toma forma más definida y concreta en su concepción.

Goethe, en relación al alma humana y la experiencia que tiene de ella, que es su propia experiencia, escribe lo siguiente:
“Dos almas residen en mi pecho, la una quiere separarse de la otra; la una mediante órganos tenaces se aferra al mundo en un rudo deleite amoroso; la otra se eleva con vigor de las tinieblas hacia los campos de excelsos antepasados.”

En filosofía de la Libertad se expresa así:
“ Dos almas, dos tendencias anímicas que conformando la unidad superior del ser, mutuamente se contraponen y se tensionan. ¿ qué es lo que surge como vivencia de esta tensión? Nos enfrentamos y dirigimos al mundo, nos experimentamos como seres separados de él, y buscamos para los fenómenos desconocidos, la explicación satisfactoria que de cuenta de su realidad, de su esencia , sin la cual no hallamos satisfacción a nuestra sed de conocimiento. Cada mirada conciente hacia la naturaleza , cada fenómeno elevado al plano de nuestra conciencia, origina en nosotros una serie de preguntas, y si nos hacemos cargo de ellas, surge y se nos ofrece a la vez una tarea, y todo acontecimiento se nos presenta como un enigma. Nunca nos contentamos con lo que la naturaleza extiende ante nuestros sentidos, sino que en cada ocasión buscamos la explicación de los hechos.” “ Nos damos cuenta del contraste que existe entre nosotros y el mundo y nos colocamos frente a este como seres independientes”. “Este muro de separación lo erigimos ni bien nace en nosotros nuestra conciencia, la conciencia de mi propio ser. Pero por debajo del plano de la conciencia, late el sentimiento de que pertenecemos al mundo, que no somos seres radicalmente separados y aislados, sino que existe un lazo que nos une a él: no somos seres extraños fuera del universo, sino que pertenecemos y permanecemos dentro del mismo”
“ Este sentimiento es el que engendra el esfuerzo que tiende a conciliar dicha oposición; y en esta conciliación, en esta búsqueda, residen los impulsos poderosos del Hombre y la Humanidad, la continua búsqueda de la unidad entre nosotros y el mundo. Tanto la religión, como el arte y la ciencia persiguen este fin.
El hombre de creencias religiosas busca en la revelación que Dios se digna otorgarle , la solución de los enigmas del mundo, enigmas que surgen en su yo, descontento con el mundo de las apariencias.
El artista procura incorporar a la materia las ideas de su yo, a fin de conciliar con el mundo exterior lo que vive en su interior. Tampoco a él le satisface el mundo de la apariencia, de lo dado, y se esfuerza en moldear en éste, aquel exceso que su yo, desbordante del mismo, encierra.
El pensador trata de investigar las leyes que rigen las apariencias; sus esfuerzos tienden a penetrar con el pensamiento aquello de que tiene noticia por la observación.

Sólo después de haber convertido el contenido del mundo en el contenido de nuestro pensamiento, volveremos a encontrar la conexión con la naturaleza de que nos habíamos desprendido.”
“Este contraste primordial, se da en el campo de nuestra conciencia. La conciencia de uno mismo nos individualiza y colocamos nuestro yo, frente al mundo y los otros.”

“Si bien es verdad que nos hemos alejado de la naturaleza, no por eso hemos dejado de sentir que estamos en ella. Tenemos que encontrar de nuevo el camino que nos conduce a la reunión; al retirarnos debemos de haber conservado en nuestro propio ser algo perteneciente a la misma. Esto profundo en nuestra entidad es el que debemos escudriñar para volver a encontrar la relación. ¿Cuál es el punto de encuentro?.”
Así plantea Steiner el proceso evolutivo.

Este proceso, a la vez social e histórico de individuación, que conduce a la vivencia de la propia entidad, nos demuestra dos cosas: primero que al tiempo que profundizo y hago conciente mis capacidades constituyendo mi identidad propia me separo y vivencio, desarrollo en esta instancia mi tiempo “ histórico”; segundo este proceso se produce no en solitario, sino en el inter- juego de la separación y de la integración con el otro, ya que si bien necesito separarme, también es verdad que soy siempre en referencia a un otro , desarrollando mi ser social.

Ahora bien: en esta interacción tensa y tensionada de lo histórico y social:

¿Qué es lo que conservamos en nuestra entidad que nos permite reconstruir el camino? ¿ en que región de mi ser reúno nuevamente lo separado?

Formulado desde el punto de vista antroposófico este proceso de desarrollo transcurre de acuerdo a las leyes de evolución y metamorfosis a lo largo del ciclo vital, en sus complejas y variadas interrelaciones entre los aspectos físicos, anímicos y espirituales. El hombre, como ser en evolución, gradualmente conquista sus facultades que le permiten la profundización conciente de su entidad y el planteamiento de preguntas ante el misterio de la vida, de su ser y de su destino. Estás leyes de la evolución las descubre y formula el doctor Steiner partiendo de la observación de los fenómenos respectivos y formulando en forma conceptual- ideíca los principios generales que las regulan.

En otro contexto y en el marco de sus investigaciones referidas al desarrollo de la vida anímica humana, distingue y profundiza las características propias del alma, que como elemento constitutivo puramente humano, nos constituye e interrelaciona.
Como ser humano soy participe de la vida de tres mundos y uno se desenvuelve en interacción dinámica con los otros. No están separados, sino que se condicionan y limitan- expanden mutuamente. Por medio de su cuerpo y de los sentidos con él asociados, capta las sustancias, fuerzas y objetos del mundo exterior, incluida en esta percepción su propia corporalidad física, y los diferentes estados en que esta es influida por las otras regiones de su ser. Lo anímico en cambio, es inaccesible para los sentidos que me relacionan con el mundo exterior; ni yo ni nadie puede percibir con ellos estados de alegría, angustia, dolor, entusiasmo, compasión etc. Lo anímico es el mundo propio de mi interioridad, no manifiesto directamente a la percepción de los otros, sino solamente a través de sus efectos y acciones en y desde lo corporal. Por otra parte, por medio de lo espiritual que late y vive en su alma, trasciende su propio mundo interior , elevándose por encima de si mismo trascendiendo su propia personalidad, dejando que las cosas le hablen de aquello que para ellas mismas y no para él tiene importancia. El hombre eleva la mirada hacía el cielo estrellado; el mismo esta constituido por las sustancias y fuerzas que constituyen el universo visible, y que puedo investigar por medio de los sentidos y medios tecnológicos apropiados, agudizando la mirada, especializándola. La maravilla que puedo sentir en esta contemplación pertenece solamente a mi mismo, y tiene sentido solamente para mi vida interior; en cambio, las leyes eternas del mundo estelar, estas leyes pertenecen a las estrellas mismas , que concibo con mi pensamiento y que es independiente de mis gustos o desagrados.
Aquí concibo, en el ámbito del alma, aquello que está por sobre mis particularidades. Las ideas morales pueden resplandecer y elevarme por encima de mi en esta región. Ser más......
En este punto se bifurcan los caminos. Uno de ellos me conduce a través de un proceso cognitivo afincado en los fenómenos y de un pensar reflexivo- contemplativo intuitivo acceder a la realidad del ser inherente en el misterio manifiesto de la percepción. El otro me extravía en el sinsentido, en la disolución de las experiencias vacías, hundiéndome en el campo arbitrario de mis propias representaciones.

A mi entender este es el conflicto cuya resolución determina el valor de la vida, propia y ajena en el encuentro social. ¿Podemos hablar de derechos humanos en el más estricto sentido de los términos si idealmente, filosóficamente, no reconozco la entidad del otro; si el otro es producto de la casualidad genética, y su entidad propia no es más que efecto del azar y las circunstancias?. ¿que derechos estoy preservando y para que?

La modernidad perdió al ser y se encontró en la nada del sinsentido y la arbitrariedad.

El aporte del doctor Steiner está profundamente fundamentado en su profundo sentido de verdad, y fidelidad al desarrollo de una cognición que no avanza especulativamente elaborando y formulando mundos espirituales desde la fantasía, la ilusión y el sincretismo que todo lo diluye y confunde, sino que avanza paso a paso en el proceso cognitivo desde la percepción del fenómeno hacía su esencia manifiesta.

Esto es Goetheanismo llevado hasta la contemplación de lo humano y lo Divino.

Los pasos cognitivos están descriptos en todo su detalle y fundamentación filosófica en su Filosofía de la Libertad.

En última instancia, el conflicto, la crisis humana del presente, a mi humilde entender es un conflicto cognitivo, que se determina a partir de la cosmovisión imperante, tanto en relación con el Hombre como con el Universo.

Por eso Steiner parte enteramente del método cognitivo desarrollado por Goethe; parte de él y lo transforma, ampliándolo, ascendiendo desde la visión contemplativa de los fenómenos del mundo natural, ascendiendo a la contemplación de la propia entidad humana, fenomizando el misterio del Hombre que integra en unidad armoniosa y diferenciada los aspectos del mundo material, anímicos y espirituales.

La dimensión espiritual es privativa de la entidad humana así como es su corporalidad o su alma.

Las diferentes religiones, así cómo los diferentes sistemas filosóficos a lo largo de la historia no son sino la manifestación particular del intento humano del religar, del encontrar nuevamente el ser completo en su plenitud. Cuando un ser humano habla con su Dios, busca reencontrar el fundamento de su existencia; cuando desde el campo del pensamiento habla con el enigma, con el misterio, busca dar respuesta a sus más profundas preguntas de la existencia. Cuando crea artísticamente busca imprimir sus mas profundas intuiciones.

Para el doctor Steiner, la resolución de esta cuestión implico los primeros treinta años de su vida. Profundizo en este tiempo el desarrollo cultural de la humanidad a partir de la comprensión de sus grandes movimientos espirituales y de sus grandes pensadores y artistas. Siempre se acerco al otro desde el asombro y el de querer descubrir, aún en las concepciones más alejadas de su cosmovisión, aquello que el otro, originalmente tenía que manifestarle. Con su alma, se hundía en un remoto pasado, experimentando el origen divino del hombre, elevándose desde las tinieblas de la cotidianeidad hasta los campos de excelsos antepasados, y abrazó en un rudo deleite amoroso todo lo que los otros hombres tenían para revelarle, todo lo que la naturaleza le contaba.

¿No pasa por aquí la esencia del diálogo?

¿Desde donde partimos en el encuentro del dialogo con el otro y desde donde nos relacionamos?

¿Puede haber diálogo verdadero si no nos hundimos en la esencia que desde nuestros antepasados brilla desde lo espiritual verdadero y si no abrazamos amorosamente lo que el otro tiene para revelarnos?

Todo dialogo verdadero es una revelación de lo que el otro tiene y es, e implica, para su consumación la reunión amorosa con lo que el otro tiene para manifestarme.

Un poderoso enraizamiento en nuestras raíces que determinan nuestra identidad para lograr la mayor apertura y relación con aquello que no soy. Como individuo y como comunidad. .

Solo lo que es fecundo es verdadero, afirmaba goethe.
Estás últimas palabras sirven de conclusión de este encuentro. Lo más importante aconteció, a mi entender, en los diversos “encuentros” que nos trajeron hasta aquí. Mi más profundo agradecimiento, que es compartido desde el corazón por Cristina y por todos aquellos amigos y colaboradores, por este acercamiento a la comprensión y a la dignidad plena de la persona humana en su diversidad.
Solo lo fecundo nos permite ser más que humanos.

Muchas Gracias.

Horacio Sanchez


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